Tal y como avanzó hace pocas semanas el gerente regional de Salud, Rafael López Iglesias, el nuevo hospital de Salamanca comenzará a funcionar a finales de 2018 con algunos servicios, aunque la fase principal del traslado no se acometerá hasta 2019, año en el que está prevista también la demolición del actual edificio del Clínico. Sólo cuando finalice el derribo comenzará a construirse el bloque que albergará todas las consultas externas.
Así lo ha confirmado este martes el consejero de Sanidad de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, que ha informado a jefes de servicio, supervisores de Enfermería, junta de personal y junta técnico-asistencial sobre las características de la futura Ciudad de la Salud, el estado de las obras y las previsiones que maneja la Administración autonómica sobre el inicio de la actividad en las nuevas instalaciones y los traslados que eso implicará.
Minutos antes del encuentro, organizado en la Facultad de Medicina, el máximo responsable sanitario de la Comunidad ha explicado a los periodistas que serán cinco los servicios que estrenarán el nuevo hospital: Laboratorios, Radiología, endoscopias, Banco de Sangre y cocina, que estarán funcionando en el llamado bloque técnico dentro de un año, en diciembre de 2018. “A partir de ahí, a lo largo de 2019 y de forma secuencial, se iría realizando el traslado de otras áreas, entre ellas la zona de hospitalización, y una vez hecho ese traslado, se iniciará la demolición del edificio del Clínico y, sobre ese solar, la construcción del edificio de consultas extenas”, ha señalado.
Durante ese periodo, y “de forma transitoria”, las consultas de las diferentes especialidades se desplazarán al Hospital Virgen de la Vega, cuyo destino final, una vez que el funcionamiento de la nueva Ciudad de la Salud sea completo, será “el que determine la Tesorería de la Seguridad Social”, que es la propietaria del inmueble”, como ya han aclarado los responsables sanitarios en numerosas ocasiones. Lo que sí mantendrá Sacyl es el antiguo Materno-Infantil, que no tendrá uso asistencial, sino administrativo.
A las preguntas de los medios de comunicación sobre la complejidad del derribo del actual Clínico, el consejero de Sanidad reconoció que es “una cuestión muy técnica y delicada”, y que es “más fácil la construcción que la demolición”, pero la UTE encargada de las obras “nos ha asegurado que se puede hacer con todas las garantías de seguridad”.
“En el año 2019 se trasladará la zona de hospitalización al nuevo edificio (el paralelo al río), y ese es el mmento en el que se planteará el inicio del derribo”, ha insistido.
Sáez Aguado, que ha acudido a la reunión “también a escuchar lo que nos planteen los jefes de servicio, las supervisoras y los mandos intermedios del hospital”, ha recordado que la obra de lo que será el nuevo complejo asistencial está “muy avanzada” y supone “una inversión importantísima para la ciudad y la provincia”, ya que la dotación presupuestaria es de 206 millones de euros, de los cuales “estará ejecutado el 68% al finalizar el año”.
Asimismo, ha indicado que su departamento está “iniciando la adquisición del nuevo equipamiento para el hospital, que supondrá en torno a 90 o 100 millones de euros adicionales”. Durante su encuentro con los representantes de los profesionales y de los sindicatos, Sáez Aguado presentó “el contenido y la distribución de las distintas unidades y la previsión de traslados” y escuchó “sus últimas propuestas sobre la distribución de las superficies, que ya están bastante discutidas en el hospital con los propios profesionales, que quieren disponer de más espacio y mayores dimensiones para sus unidades”.
En este sentido, recordó también que la actividad del nuevo complejo asistencial se orientará “a la ambulatorización de los procesos”, es decir, “a la disposición y resolución de problemas sin necesidad de ingreso”. No obstante, se incrementará el número de camas de hospitalización de manera sustancial y mejorará la confortabilidad, porque se dispondrá de un mayor núnmero de habitaciones individuales”. Además, ha añadido, moverse por el hospital resultará más sencillo gracas “a la distribución que tienen las propias unidades del área técnica y de las consultas externas”.
“El equipamiento ya ha sido adquirido en parte, otra está en tramitación, y lo completaremos a lo largo del próximo año hasta ese entorno ligeramente superior a los 90 millones de euros”, ha apuntado.
A este respecto, ha avanzado algunas de las nuevas dotaciones con las que contará el complejo asistencial, aunque ha recalcado que Salamanca “tiene casi toda la tecnología posible”. “El hospital va a disoponer de tres resonancias nucleares magnéticas, tres TAC de nueva generación, va a renovar los equipos de radioterapia y tendrá un espacio para su posiblae ampiación futura. Además, va a incorporar en 2018 la cirugía asistida por un robot”, ha avanzado.
Cocina de línea fría
Sáez Aguado también ha hecho referencia a las dudas surgidas ante la decisión de la Consejería de Sanidad de optar por la línea fría para la cocina del nuevo hospital, una apuesta no está exenta de polémica. “Está en licitación en este momento, y no he recibido preocupación por parte de los pacientes. La línea fría aporta mucha más seguridad alimentaria a los que la utilizan, y desde el punto de vista de la nutrición y de la seguridad alimentaria es un elemento fundamental, y no lo es tanto desde el punto de vista del aspecto de los alimentos. Por ejemplo, en la línea fría no se hacen frituras, pero eso no nos preocupa demasiado en un entorno hospitaliario”, ha afirmado.
En cuanto a las “preocupaciones” expresadas “desde las organizaciones sindicales”, el máximo responsable sanitario de Castilla y León ha reconocido que una cocina de línea fría “requiere una menor dotación de personal, porque los fines de semana no es necesario elaborar directamente las comidas, pero nuestra obligación es dar un buen servicio, y no tanto tener más o menos personal”. No obstante, ha añadido, “lo que podemos garantizar es que ningún profesional del hospital va a dejar de trabajar; si no es en cocina lo hará en otras áreas, en las que corresponda en función de las categorías laborales, pero lo que nosotros queremos es dar respuesta nutricional y garantizar la seguridad alimentaria de los pacientes”.
Soluciones para la Facultad de Medicina
Durante su visita a Salamanca, el consejero de Sanidad ha coincidido con el nuevo rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, con el que concretará “después de Navidad” las “muchas cosas que nos hemos pedido” en relación a la colaboración “en muchas cuestiones que comparten la USAL y la Junta, no solo en materia universitaria, sino sanitaria”.
“El rector es consciente de la importancia que tiene el Hospital Universitario de Salamanca y de la necesidad de que confluayn esas dos políticas. Además, la Facultad de Medicina tiene algunos problemas derivados de las dificultades de reposición del profesorado y, en este sentido, nos hemos planteado toda la colaboración posible. Por eso convocaremos en enero una comisión mixta para analizar la situación. También nos hemos compromteido a incrementar la colaboración en investigación, cuestiones importantes, al igual que la formación de los estudiantes de Medicina y de otros grados, a los que tenemos que facilitar esa formación desde los servicios sanitarios, no sólo desde el hospital, sino también desde la Atención Primaria”, ha expuesto. Sobre esto, ha recordado que en este momento en las facultades de Medicina de Castilla y León no existen profesores de Medicina de Familia, y eso es algo que tanto el Decanato como el Rectorado quieren mejorar”.
Fallos de Medora
Antonio María Sáez Aguado tampoco ha escapado a las preguntas sobre la creciente indignación de profesionales y pacientes por los fallos del programa Medora, desde el que se gestiona la actividad de Atención Primaria. “Ayer estaba ya funcionando con normalidad. Estas dificultades en el acceso y el enlentecimiento del funcionamiento derivaron de la incorporación de un servidor nuevo que da susetnto a la base de datos, desde donde se trabaja en Atención Primaria, y a partir de ahora vamos a analizar con mucho más detalle cualquier incorpración”, ha explicado.
Asimismo, el consejero ha reiterado que Medora “ha incorporado muchas funcionalidades en los 12 años que lleva funcionando: a la receta electrónica, con buenos resultados; al anillo radiológigo… Hoy hay más de 15 millones de estudios radiológicos accesibles a través de Medora de cualquier paciente de Castilla y León, y la incorporación de esas funcionalidades nuevas es lo que ha generado siete incidencias en estos 11 años, incidencias que tenemos la obligación de minimizar y eliminar, y en eso estamos trabjanado con nuestros servicios de informática y con las emrpesas”.
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