Cruz Roja Salamanca ha entregado esta noche sus XXII Premios Solidaridad en una emotiva gala cargada de alegría, humildad y reconocimiento para personas e instituciones tan importantes como la Universidad de Salamanca, Magdalena Hernández Mediero, por toda una vida dedicada a la lucha contra el alzhéimer; la acción individual de Eduardo Carrasco; la acción colectiva de Aquí se hace teatro; la solidaridad infantil de los alumnos del Colegio de Pizarrales y de Carla Lamazares; la acción empresarial de la Clínica Dental Ernesto Berges; o la solidaridad con la juventud de los voluntarios de Villamayor.
Como si no fuera nada, como si su ADN fuera distinto, como si fuera tan normal dedicar su tiempo a los demás, como si la solidaridad se sirviera cada día en los platos que algunos nunca ven...; pero si así fuera, no sólo sobrarían estos premios, sino que tal vez el mundo entero sería más justo y más integrador, sin pobreza y sin diferencias por ser diferente.
Así lo dijo, con una humildad que sobrecoge, el primer premiado de la noche, Eduardo Carrasco, nominado por liderar una iniciativa vecinal para costear un hostal a una mujer que estaba viviendo en la calle a causa de dificultades sociales y económicas. “No hice nada, sólo vi a una mujer en la calle y le solucioné esa noche y alguna más”, convencido además de que “la solidaridad no tenía que existir porque no hubiera beneficiarios que la necesitaran, que no existieran ni Cruz Roja ni otras instituciones que trabajan para ayudar a los demás, que fuera la administración quien destinara los recursos necesarios para que no hubiera pobreza ni necesidades en el mundo”, aseguró y, haciendo gala una vez más de su generosidad, le dedico el premio al resto de los nominados en la categoría Acción Individual:
Magdalena Hernández Mediero, por fundar hace ahora 30 años la Asociación de Familiares de Alzheimer tanto en Salamanca como en otros puntos de España y por crear el primer Centro de Día; Feliciano Moreno y Laura Matías, mirobrigenses nominados por encabezar un movimiento ciudadano para la recogida de alimentos, ropa, mobiliario y forraje para los vecinos afectados por el fuego en Portugal; Juan José Jiménez Santos, por poner en marcha un proyecto de Crowdfunding para restaurar una escuela de Primaria en una pequeña comunidad de Uganda; y Luis Montero, por recorrer en bicicleta los casi 800 km. que separan Alba de Tormes (Salamanca) de Caravaca de la Cruz (Murcia) para recaudar fondos (2.000 €) a favor de la Asociación Asperger Salamanca.
La misma sensación trasmitió una emocionadísima directora de la asociación cultural Aquí se hace teatro, premio a la Acción Colectiva compartiendo nominación con la Asociación de Padres de Niños Sordos de Salamanca (ASPAS), por sus 35 años de trabajo al servicio de las niñas y niños con discapacidad auditiva. Actualmente trabajan con más de 60 familias de toda la provincia ofreciendo todo tipo de servicios; la junta local de la AECC en Ciudad Rodrigo, integrada por 14 socias y voluntarias que ayudan y asesoran a las personas enfermas de cáncer y sus familias; la Fundación Fundaneed, organización sin ánimo de lucro nominada por los servicios de diagnóstico precoz y tratamiento de niños y adolescentes con diversos trastornos de neuro-desarrollo; o la Asociación de Futbolistas Veteranos CD Unión Salamanca, por impartir en la residencia para la 3ª edad Ballesol los llamados Talledres DE Reminiscencia, consistentes en la estimulación de la memoria a través de las emociones que inspira el fútbol.
Este grupo de teatro aficionado nominado por donar la recaudación de sus representaciones para diferentes ONG´s de Salamanca, mañana mismo actúan en el teatro de Caja Duero a beneficio de Aviva, sólo es un grupo que “nos dedicamos a la comeda, llevando la risa allí donde nos llaman, ni soñábamos con este galardón tan honorable, sobre todo habiendo asociaciones que hacen tantas cosas por los demás”, dijo Ángela Domínguez, como si fuera poco… y además nos dejó este bello poema de una niña de 8 años que resume el aire solidario que desprendía en todo momento esta gala: “La igualdad es un derecho/ que para luchar te llam, pues todos somos hermanos/ en el hoy y en el mañana./ Qué sería de nosotros/ si no hubiera un igualdad/ saldríamos a buscarla/ por el amor y la paz./ Qué triste es que las personas del mundo/ que no tienen corazón/ distingan entre las razas/ y hagan discriminación./ Hermanos todos seremos/ no importe lengua o color/ ni tu credo, ni a quien ames/ somos uno bajo el sol./ Y para el año que viene/ espero que la humanidad/ ruegue a Dios que defienda/ siempre su solidaridad”.
Por su parte, Ernesto Berges, premio a la Acción Empresarial por su Clínica Dental en la que da facilidades a personas con escasos recursos y en situación de extrema vulnerabilidad, aseguro también que el galardón “le hace mucha ilusión porque es un empeño personal que se hace posible gracias a un equipo excepcional con el que trabajo”, y no se olvidó, quizá porque lo que él da lo ha recibido antes, de sus padres, “gracias papá, gracias mamá” y de su mujer, “a quien le quito las horas, a quien agradezco su enorme generosidad”.
Generosidad que también emana de las acciones solidarias de las otras dos empresas nominadas, Jamones Aljomar, por la campaña Sabe muy bien AYUDAR a los demás, consistente en la donación de 1 € a diferentes asociaciones por la venta de algunos productos de la marca; y Mutual Midat Cyclops, por su iniciativa solidaria Teaming, que anima a sus empleados a hacer una donación de su nómina de entre 1 y 10 € para proyectos de asociaciones en las que participen activamente.
“Lo que hacemos nosotros es lo más normal del mundo”, aseguró un alumno del colegio concertado de Pizarrales, premiados en la categoría de Solidaridad Infantil por su ayuda en las aulas a niños y niñas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) dentro de un proyecto de inclusión educativa de la Asociación Ariadna. Y así lo remarcó el director del centro, Roberto Araújo, al afirmar que “no nos parece meritorio lo que hacemos”, pero sí muy criticable los que no hacen posible la integración de todas las personas.
Menos mal que para darnos un ejemplo a todos hay niñas como Celia Lamazares González, que se cortó el pelo para donarlo a Mechones Solidarios, una entidad que confecciona pelucas para personas enfermas de cáncer, y que recibió esta noche una mención especial por su hazaña, su simpatía y su enorme energía encima del escenario.
Loables también son las acciones del resto de nominados en este apartado: los alumnos del IES García Bernalt, por emprender el proyecto Bernalt Cardioprotege, gracias al que han comprado un desfibrilador que están aprendiendo a usar para convertir el centro escolar y su entorno en un espacio cardio-protegido y luego llevarlo a otros colegios;y los escolares de CRA Los Arapiles, de Calvarrasa de Arriba, catorce menores de edades comprendidas entre los 3 y los 12 años nominados por haber creado con sus propias manos 47 osos de peluche para enviárselos a los niños sirios de los campamentos de refugiados.
La última categoría de premios de la noche, a la espera de las sorpresas del final, fue la de Solidaridad con la Juventud, cuyo premio fue a parar a Jóvenes Voluntarios de Villamayor, siete chicas y chicos de entre 16 y 19 años nominados por dedicar parte de su tiempo libre a colaborar con el ropero municipal, en la campaña navideña de recogida de juguetes o en residencias de ancianos. Todo un ejemplo de entrega a unas edades en las que parece que todo nos importa poco, pero no es así.
Néstor Prieto Amador estuvo en el barrio de Exarchia (Atenas) durante agosto de 2017 dando clases de inglés y español para niños, organizando talleres y arreglando una escuela; Denís Morín, Vega Rodríguez, Cristina Garrido, Ana Palomero, Saúl Faraudo y Álvaro Martín, seis estudiantes de Educación, Derecho y Química, nominados por su campaña Entre Dunas gracias a la cual recopilaron en el mes de marzo material escolar variado para colegios saharauis; Francisco Javier Hernández, ingeniero industrial nominado por formar parte del proyecto Luz para Benín, que persigue la creación de una escuela de Formación Profesional de Electricidad en Banikoara, una ciudad al norte de Benín (África).
Jóvenes y solidarios. Un lujo en una gala que ya empezó con ALEGRÍA, con mayúsculas, con un prólogo que ya anunciaba una noche para el recuerdo, después de 22 noches durante los últimos 22 años en los que Cruz Roja ha entregado los Premios Solidaridad a personas, colectivos o instituciones que, en silencio, y sin mayor recompensa que la satisfacción del deber humano cumplido, han hecho algo bueno por los demás.
Lo recordaba el secretario provincial de Cruz Roja, Carlos Santos Romero, presente desde aquel 1996 en el sótano del Hotel Castellanos donde se reconocía por primera vez a un preso de la cárcel por ayudar a su compañero de celda. “Hoy somo 1.500 personas en el Auditorio Fonseca gracias a la generosidad de la USAL y a todo un equipo que lo hace posible con más de 8 meses de preparación”, aseguró.
Lo contaba tras esa ALEGRÍA, con mayúsculas, que dejó el Coro Gospel Good News de Simancas, voces de lujo para lograr de inicio a un público de pie, dando palmas y dispuestos a luchar para que todos, de verdad, tengan, un Happy day.
Como lo tuvo, seguro, la presentadora de la gala, Elena Salamanca, de apellido y de cuna, periodista de éxito, que vivía este momento arropada por su familia, sobre todo sus padres, que incluso le ayudaron a pronunciar el nombre de uno de los premiados. “Emoción y nervios”, dijo, porque “siempre es más difícil hacer el paseíllo en casa”.
Emoción también a raudales para Julio y José Juan, los hijos de Pilar Población, sentados entre el público para recibir el homenaje tributado a una mujer que dedicó 16 años a estos Premios Solidaridad y a la labor de la Cruz Roja en Salamanca. “Gracias”.
Por si todo lo vivido a lo largo de más de una hora de ceremonia no fuera suficiente, todavía quedaba que el presidente de Cruz Roja, Jesús Juanes, diera la sorpresa de la noche con premios especiales para Magdalena Hernández Mediero y para la Universidad de Salamanca, representada por el vicerrector Enrique Cabero que recogió el premio. Dos ejemplos de lucha, de trabajo y de historia, 800 años de la USAL, por mejorar la vida de las personas más vulnerables.
Para terminar, la gran voz del barítono salmantino Ángel Rodríguez, tras la entrega de premios que estuvo en manos de un jurado formado por Elena Borrego Jiménez, vicepresidenta Provincial de Cruz Roja en Salamanca, como presidenta del Jurado; Enrique Cabero Morán, vicerrector de Política Académica y Participación Social; Daniel Llanos García, concejal de Juventud y Obras del Ayuntamiento de Salamanca; Carmen Diego Domínguez, presidenta de Insolamos; Cuca Gonzalo Martín, gerente del Centro Comercial El Tormes; y Carlos Santos Romero, secretario provincial de Cruz Roja en Salamanca como secretario del jurado.
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