El diccionario de la RAE la define como: (Der.) “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”, y corromper, como “alterar y trastocar la forma de algo. Sobornar a alguien con dádivas o de otra manera“.
El otro día, en pleno apogeo de dimisiones por la operación Lezo, escuché en una tertulia radiofónica decir que nuestro país no toleraba bien la corrupción. También hablaban de que la corrupción tiene muy difícil medición, por eso de ser una percepción subjetiva.
Estoy de acuerdo en que nuestro país no tolera bien “la corrupción escandalosa” –y menos en un momento en el que continúa sumido en una grave crisis- y, sin embargo, parece como si la corrupción de andar por casa la gestionáramos con diligencia, y no descarto que, con bastante frecuencia, hasta con entusiasmo.
También estoy de acuerdo con el comentario sobre la medición. Cierto es que se trata de algo muy subjetivo y, a pesar de ello, no deja de medirse año tras año a nivel país y, en el nuestro, hasta en cada Ayuntamiento, incluso en esos tan chiquitos de nuestra provincia.
Les invito a visitar la página de Transparency International y el último informe al respecto, o este artículo que ya nos facilita la información resumida. Aunque sabía que en nuestro país teníamos cositas por arreglar, no me esperaba compartir categoría con países como Georgia, Brunei, Latvia… Ni que países con aparentemente más dificultades, como Botswana, Polonia o Lituania, hubieran conseguido mejores puntuaciones.
Y aun sabiendo que es subjetivo -la medición lo sabe y por eso se llama Índice de percepciones de corrupción, 2016-, también decimos en España que “cuando el río suena, agua lleva”… de modo que algo más abajo o más arriba no nos hará estar demasiado lejos del ranking 41 (sobre 176 países) en el que nos encontramos.
Hace algún tiempo mencioné en uno de estos artículos una cita de Susan Stiffelman, que decía: “Cómo hacemos algo es cómo hacemos todo“. Sentí la necesidad de recuperar la cita para este artículo, pues siempre he pensado que la corrupción, o los comportamientos cuando menos cuestionables, están presentes en las situaciones más nimias y habituales. Lo de que se conviertan en escandalosos es algo circunstancial, tan sólo depende de la envergadura de aquello sobre lo que uno/a tenga la oportunidad de aplicar su proceder habitual.
Me gustaría reflexionar sobre esto, puesto que quizá corrupción –o más bien comportamientos no loables, especialmente en determinados estamentos- no sea únicamente descubrir que alguien ha desviado para sí o directamente se ha apropiado de una cantidad ingente de recursos que no le correspondían, sino que podríamos plantearnos si habría cabida para muchos elementos con capacidad de “alterar y trastocar la forma de algo”, como por ejemplo: ocultar información, manipular y/o maquillar información, retrasar procedimientos, facilitar información confidencial en beneficio de alguien –y, por consiguiente, perjuicio de otro-, mirar hacia otro lado al recibir información comprometida, gestionar recursos públicos a golpe de ciclo electoral (revisen el número de inauguraciones que se realizan en los meses anteriores a la celebración de elecciones), emplear la posición que uno/a ocupa en beneficio propio, y no de la función que se ostenta, limitar la libertad de prensa, retrasar proyectos (o resoluciones, o respuestas) deliberadamente… Les invito a continuar añadiendo.
El informe de Transparency International correspondiente a 2016 destaca, además, algo importante, la “conexión entre corrupción y desigualdad, que se retroalimentan entre sí creando un círculo vicioso entre corrupción, distribución desigual de poder en la sociedad y distribución desigual de riqueza”.
Con todo lo que estamos viendo, siento que sería de sabios resolver lo que sea necesario y dejar de alimentar este fuego. Nunca sabemos cuándo habremos de sentir sus llamas cerca.
Feliz semana.
*Catalizando el desarrollo integral de personas y organizaciones
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