La aprobación de la eutanasia sigue marcando la agencia política del Gobierno de Pedro Sánchez, quien acaba de anunciar en el Congreso su deseo de que se apruebe cuanto antes porque supondrá “una conquista de derechos y libertades de la sociedad española”. Por su parte, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, semFYC, pide un amplio debate que cuente con los médicos del primer nivel asistencial.
Durante su comparecencia en el Congreso esta mañana oara presentar su programa de gobierno, un mes y medio después de la moción de censura que lo llevó hasta la presidencia, Pedro Sánchez ha defendido la recuperación de la sanidad universal puesta en maracha por la ministra Carmen Montón y ha mostrado su deseo de que el Congreso de los Diputados apruebe la ley de eutanasia, promovida por el Grupo Parlamentario Socialista, porque “supondrá la conquista de derechos y libertades de la sociedad española”.
Días atrás, el pleno del Congreso ya ha debatido la reforma del Código Penal para despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido. Entonces, la junta directiva de la semFYC solicitó al Grupo de Trabajo en Bioética de la Sociedad una reflexión ética acerca del debate político y social sobre de la eutanasia y su posicionamiento se ha compartido con los grupos de Cuidados Paliativos y Atención a las Personas Mayores de esta sociedad científica.
Así, la semFYC constata que existe una preocupación ciudadana sobre los procesos asistenciales al final de la vida que socialmente se está asimilando en la necesidad de preservar una vida digna hasta su final, incluida la muerte.
Complejidad asistencial
Este proceso viene condicionado por una situación de complejidad de la demanda asistencial, determinadas por el envejecimiento de la población española y su mayor longevidad; por la precariedad de recursos de muchas personas para afrontar la vejez (económicos, familiares y sociales); y el incremento y el acúmulo de los problemas crónicos de salud asociadosa esa situación.
Ante este contexto social, epidemiológico y demográfico, la sociedad española ha dado una respuesta legislativa a través de la Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia y de diversas reglamentaciones autonómicas sobre Derechos y Garantías de las Personas ante el Proceso de la Muerte. A pesar de la existencia de este corpus normativo no se han articulado los recursos, los apoyos a las familias, ni la organización asistencial (sanitaria y sociosanitaria) necesarias para garantizar su cumplimiento íntegro.
En una compleja situación coyuntural en la que la sociedad española y sus servicios públicos tienen dificultades para dar una respuesta ejecutiva adecuada a las necesidades de la población más necesitada, que les permita llevar a cabo una vida con plenitud y dignidad, se está planteando la necesidad de regular la eutanasia.
No quedar al margen
Desde la semFYC se defiende que corresponde a la sociedad en su conjunto, a través de los procedimientos democráticos legítimos, regular la muerte asistida. Dicho esto, y respetando este criterio, solicitan al conjunto de la sociedad y sus representantes que los especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria de España no se queden al margen del debate que, sin duda alguna, se va a producir.
Las razones fundamentales en las que basamos esta petición responden a que la presencia de profesionales en Medicina de Familia y Comunitaria, así como otros colectivos profesionales implicados en los cuidados paliativos y el acompañamiento en el final de la vida aporta garantías al proceso porque, en la actualidad hay una carencia de información rigurosa sobre el morir en España. Además, existe una deficiente formación en actitudes y aptitudes de los profesionales en relación con el final de la vida.
Consideran, además que los servicios sanitarios no han organizado procedimientos para dar solución a esta demanda (no se dispone de espacios, de tiempo, de presupuesto..,) por lo que no existe una respuesta ordenada yestructurada, y hay escaso conocimiento entre la ciudadanía sobre las posibilidades de toma de decisiones actualmente existentes por lo que los mecanismos de acceso a dicha información deberían mejorarse.
Código Deontológico
El propio Código Deontológico de la Profesión Médica, en su preámbulo, dice textualmente que “este Código sirve para confirmar el compromiso de la profesión médica con la sociedad a la que presta su servicio, incluyendo el avance de los conocimientos científicos-técnicos y el desarrollo de nuevos derechos y responsabilidades de médicos y pacientes”.
La sociedad asegura que “como Médicos de Familia estamos en contacto con nuestros pacientes con una posición de proximidad y longitudinalidad, especialmente con aquellos con los que, al final de sus vidas, necesitan una atención que garantice el mantenimiento de la dignidad e integridad personal en la recta final de la vida, así como en la muerte (entendiéndola como parte de ella). Por este motivo, los especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria, claramente comprometidos con y centrados en las personas y sus familias, deben ser tenidos en cuenta como una de las partes más próximas (técnica y humanamente) a las personas y más conocedoras de su sufrimiento”.
Como Sociedad Científica médica creen en esta obligación tanto con nuestros socios como con los pacientes: “si como especialidad médica más cercana a los pacientes creemos que debemos participar en la búsqueda de respuesta a los retos clínicos, comunicacionales y legales que una regulación de muerte asistida conlleva; como sociedad científica queremos promover la participación y una posición lo más cercana posible al consenso en un colectivo que, sin duda, va a estar presente de forma nítida en todo el proceso y lo queremos hacer a partir de un debate, que iniciamos desde una posición de neutralidad”.
Proceso interno
Por último, asegura que el final de la vida no es un proceso que se deba “especializar” (en el peor sentido del término) circunscribiendo los cuidados paliativos a unos pocos profesionales y privando así al médico de familia de la obligación y el privilegio de atender a las personas en todo su recorrido vital. “Los médicos y médicas de familia, y por extensión los equipos de Atención Primaria, con el apoyo de otros profesionales y dispositivos cuando sea necesario, entendemos dado que somos los referentes en la continuidad asistencias de las personas con enfermedades avanzadas, también debemos estar presentes en las necesidades en la fase final de sus vidas”.
La semFYC abrirá un proceso interno, coordinado por los Grupos de Trabajo en Bioética, de Cuidados Paliativos y de Atención a las Personas Mayores con una encuesta dirigida a conocer las opiniones, creencias y posicionamiento de sus socios cuyo resultado final servirá para definir el posicionamiento de la Sociedad.
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