La cifra de muertos no para de aumentar, hay más de tres millones de personas afectadas y las enfermedades infecciosas y graves, como el cólera, empieza a aparecer. Las ONG pide ayuda mundial para afrontar las consecuencias del paso del devastador ciclón ‘Idai’ por Mozambique, Zimbabue y Malaui, donde miles de hectáreas han quedado inundadas debido a una tormenta que ha arrasado casas, dañado gravemente infraestructuras y cortado las comunicaciones en toda la región.
Cruz Roja Española ya ha desplegado la Unidad de Respuesta en Emergencias de Agua y Saneamiento (ERU en sus siglas en inglés), para apoyar a la población afectada por el ciclón Idai en Mozambique. El trabajo en el ámbito de agua y saneamiento es fundamental en emergencias para suministrar agua potable a las víctimas del ciclón y evitar la aparición de enfermedades o epidemias, como diarrea, hepatitis, cólera o malaria, que es endémica en el país.
“Cruz Roja Española envía la ERU de Agua y Saneamiento a Mozambique para abastecer de agua segura a más de 15.000 personas al día y facilitar el saneamiento masivo de más de más 5.000 personas que permita evitar la aparición de enfermedades o epidemias entre la población” destaca Íñigo Vila, responsable de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja Española.
El ciclón Idai tocó tierra en Mozambique el pasado 15 de marzo, causando numerosos daños y devastando amplias zonas de la ciudad portuaria de Beira, una de las principales urbes del país, en la provincia de Sofala. El ciclón ha causado estragos a su paso en el distrito de Chinde y las provincias de Zambézia, Manica e Inhambane, y alcanzando también a algunas zonas de de otros países como Malaui y Zimbabue.
Oscar Meseguer, delegado de Cruz Roja Española, está desplazado en la ciudad de Beira desde el inicio de la emergencia para evaluar la situación de la mano de la Cruz Vermelha de Mozambique y de la Federación Internacional de Cruz Roja y destaca cómo está la situación en terreno: “En los primeros momentos, la labor de Cruz Roja en Mozambique se ha centrado en rescatar a las personas que quedaron atrapadas por las inundaciones para llevarlas a centros de acogida temporales. Ahora trabajamos para proporcionar servicios básicos de alojamiento temporal, atención médica o distribución de agua potable”.
Tras el paso del ciclón, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha lanzado un llamamiento de ayuda por valor de 10.000.000 de francos suizos (CHP) para brindar asistencia a 75.000 personas en las necesidades de alojamiento, salud, agua y saneamiento, así como necesidades básicas, protección y fortalecimiento de las capacidades de la sociedad nacional.
Este llamamiento de emergencia de Cruz Roja permitirá apoyar también la atención a las personas más vulnerables, como personas mayores y enfermas, niños y niñas que están solos, mujeres embarazadas y familias, entre otros grupos.
Cruz Roja Española mantiene una estrecha relación de cooperación con Mozambique y con la Cruz Vermelha de Moçambique, cuyas primeras colaboraciones puntuales se inician a principios de los años 90. En el año 2001, a raíz de la emergencia provocada por las fuertes inundaciones, las relaciones se estrecharon con la puesta en marcha de un Plan Especial de Ayuda.
Cruz Roja Española cuenta desde entonces con una delegación permanente en el país y lleva a cabo diferentes proyectos de ayuda humanitaria, cooperación al desarrollo y fortalecimiento institucional. Entre ellos, con la financiación de la Agencia Europea de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO), Cruz Roja Española desarrolla un proyecto de preparación y reducción de riesgos ante desastres.
ERU: Unidad de Respuesta en Emergencias de Cruz Roja
Cruz Roja cuenta con un dispositivo especial para apoyar a la población afectada por desastres naturales, la Unidad de Respuesta en Emergencias de Agua y Saneamiento, con capacidad para suministrar 225.000 litros de agua al día.
Estas unidades están compuestas por profesionales especializados y previamente formados, disponibles en cualquier momento del día. El sistema se encuentra operativo, preparado y empaquetado convenientemente para su transporte durante los 365 días del año y puede ser desplazado a cualquier parte del mundo.
La ERU de Agua y Saneamiento cuenta con 5 plantas potabilizadoras, así como del equipamiento necesario (mangueras, tuberías, depósitos de agua, grifos, etc.…) para:
• Captar, potabilizar, almacenar y distribuir hasta 225.000 litros de agua al día.
• Abastecer de agua de alta calidad a 15.000 personas diariamente durante 3 meses, incluyendo centros sanitarios.
• Mejorar la capacidad de saneamiento de una población de 5.000 personas. (gestión de residuos sólidos, instalación de letrinas, etc.…).
• Promocionar hábitos de higiene saludable entre la población tras la emergencia.
Esta ERU desplaza una media de 6 profesionales con conocimientos de: química, biología, geología, fontanería, electricidad, logística y promoción de la higiene. Este personal trabaja desde el primer momento con personal voluntario de la Cruz Roja o la Media Luna Roja local, que recibe formación para que pueda utilizar el equipamiento en futuras emergencias.
La peor catástrofe en décadas
Cáritas Mozambique ha alertado de que, a la vista de los primeros datos de evaluación de pérdidas humanas y materiales, el impacto causado por el ciclón Idai en buena parte del país podría suponer la mayor catástrofe registrada en las últimas décadas.
La destrucción ha sido devastadora en muchas regiones debido a la serie de lluvias torrenciales y vientos huracanados que han estado azotando entre octubre de 2018 y este mes de marzo las provincias del centro y norte de Mozambique, y que habrían afectado seriamente a más de 13.000 familias. Los efectos del ciclón han afectado también al vecino Zimbabue.
Las autoridades locales han informado de que el 90 por ciento de Beira, una ciudad portuaria con medio millón de habitantes y la segunda más poblada del país, ha sido destruido. Y aunque el ciclón tocó tierra el pasado jueves, los equipos de ayuda no consiguieron acceder a la ciudad hasta el domingo.
Cáritas Mozambique ha movilizado todos sus recursos para poner en marcha un plan de respuesta humanitaria esta catástrofe, que se enfrenta a las serias dificultades de acceso terrestre a muchas de las áreas siniestradas, que están completamente inundadas.
Prioridades
Antonio Anosso, responsable de ayuda humanitaria de Cáritas Mozambique, señala, en un informe de urgencia remitido a toda la red Cáritas, que “todavía nos enfrentamos a algunos desafíos para obtener información de Beira, porque no hay comunicación”.
“La máxima prioridad para nuestro personal en la zona es rescatar a las personas, proporcionar alojamiento temporal e identificar a las personas afectadas. Aunque carecemos de recursos suficientes para responder a las necesidades más urgentes de alimentos, agua y material de refugio”, añade.
Caritas Mozambique está preparando 1.500 mantas para enviarlas a Beira lo antes posible. Asimismo, han partido desde Maputo dos equipos de Cáritas hacia las provincias de Sofala y Zambezia, las más afectadas, para llevar a cabo una identificación de necesidades de urgencia.
El ciclón y las lluvias precedentes han arrasado amplias zonas del país, destruyendo infraestructuras y comunicaciones, e inundando poblaciones enteras de las provincias de Sofala, Zambezia, Tete, Niassa, Manica y Cabo Delgado.
Por el momento, las Cáritas Diocesanas de las zonas afectadas están colaborando en los planes iniciales de respuesta de emergencia, facilitando la evacuación de las personas que han perdido sus casas a los albergues habilitados por las autoridades, así como acogiéndolos en iglesias y edificios parroquiales.
Muchos niños han perdido su hogar, su escuela y su familia, por lo que Unicef pide ayuda urgente al Fondo de Emergencia para atender las necesidades más urgentes proporcionando refugio, vacunas, agua y medicinas esenciales.
Necesidades médicas
Gert Verdonck, coordinador de emergencias de Médicos sin Fronteras en Beira, en Mozambique, comparte sus impresiones tras nuestra primera respuesta ante el desastre natural ocurrido el pasado 14 de marzo.
“Lo primero que ves al llegar es destrucción y mucha agua. Hemos recibido informaciones de que la situación fuera de la ciudad puede ser incluso peor. En el escaso tiempo que llevamos aquí, nos hemos centrado en tratar de entender la magnitud de la destrucción y de necesidades en la ciudad. Beira tiene más de 500.000 habitantes y la mayoría de las casas han resultado dañadas o totalmente destruidas por el ciclón y las inundaciones”, asegura.
Según su testimonio, el sistema de abastecimiento de agua está fuera de servicio. Hay grandes zonas de la ciudad donde la población tiene enormes dificultades para encontrar fuentes de agua potable, sobre todo en las áreas más densamente pobladas y en los barrios más pobres.
“En estos momentos, es difícil tener una idea precisa de las necesidades médicas. De hecho, resulta complicado siquiera llegar hasta los centros de salud, porque los caminos o los mismos centros están destruidos. Este es nuestro mayor desafío en esta fase. Y también lo es para el Ministerio de Salud que está intentando reestablecer la atención médica lo antes posible”, añade.
Riesgo de transmisión de enfermedades
Las enfermedades transmitidas por el agua son, sin lugar a dudas, una de las principales preocupaciones. A esto hay que añadir el riesgo de enfermedades respiratorias. Sigue lloviendo y el agua sigue entrando en los hogares, así que es previsible que la neumonía se convierta en un problema. Como muchos damnificados han buscado refugio en escuelas e iglesias, en condiciones de hacinamiento, las enfermedades respiratorias pueden propagarse fácilmente.
A todo lo anterior, hay que sumar el reto que supone brindar atención médica a heridos, pacientes y personas que enferman o que padecen patologías crónicas dado que, en estos momentos, muchos centros de salud están inoperativos a causa de los daños o han quedado totalmente destruidos.
En estos momentos es demasiado pronto dibujar un panorama claro de las necesidades médicas exactas. Aunque los primeros casos de cólera ya han sido confirmados en Beira, según informó ayer la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), confirmando así los peores temores de las organizaciones humanitarias.
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