Según los últimos datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), cada año se realizan cerca de 13.000 liposucciones en España, siendo la segunda intervención más practicada después del aumento de pecho. Se trata de eliminar la acumulación de grasa excesiva en determinadas zonas, pero no es sólo una cuestión estética, también puede favorecer nuestra salud.
Por tipologías, la liposucción abdominal es la más frecuente, con una quinta parte (20,3%) de las realizadas en nuestro país, seguida de la liposucción de flancos (14,8%), la de muslos (11,6%), la de trocánteres (las prominencias en la cabeza del fémur, con un 11,2%) y el resto (de rodillas, circunferencial, torácica, de piernas, cervical, etc.), con porcentajes inferiores al 10%.
La liposucción es una intervención que remodela la figura en aquellas zonas del cuerpo que se ven afectadas por una acumulación de grasa excesiva. Gracias a esta técnica puedes obtener muy buenos resultados de forma permanente en las zonas del cuerpo tratadas, especialmente cuando la piel es firme y elástica. Es fundamental para el éxito la intervención una correcta indicación por un cirujano plástico experto.
Es un tratamiento indicado especialmente para retirar los acúmulos localizados de grasa que no responden ni a la dieta ni al ejercicio. Por lo tanto, no es una técnica para solucionar la obesidad ni favorecer la pérdida de peso, pero sí puede favorecer nuestra salud en muchos casos.
De hecho, la eliminación de grasa corporal mediante la liposucción disminuye diversos factores de riesgo cardiovascular y metabólico en pacientes con diabetes tipo II insulinoresistentes, según un estudio realizado por la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) y el Instituto Javier de Benito de Barcelona.
El estudio analizó la situación de los pacientes antes y después de pasar por quirófano y el resultado fue que “los pacientes diabéticos o prediabéticos que se someten a una liposucción de depósitos de grasa en barriga y caderas mejoran su presión arterial, necesitan menos insulina y descienden los niveles de ácidos grasos y triglicéridos en su sangre”, explicó a Europa Press el director del Instituto, Javier de Benito.
Técnica y duración
La técnica que se se utiliza en las intervenciones de liposucción se denomina tumescente y consiste en infiltrar previamente una solución anestésica diluida (adrenalina y lidocaína) en la zona a tratar. La duración oscila entre 45 y 120 minutos y en las clínicas especializadas le ajustarán el precio de la liposucción en función de las zonas a tratar.
Para garantizar la máxima seguridad, un anestesiólogo debe realizar previamente al día de la cirugía una valoración médica personalizada, y durante la intervención debe cuidar de la seguridad y confortabilidad del paciente en todo momento.
El tratamiento de liposucción se realiza habitualmente bajo anestesia general, en régimen ambulatorio, es decir, sin hospitalización. Se anestesia la región del cuerpo que va a ser intervenida y se complementa con una sedación, es decir administración de fármacos tranquilizantes y analgésicos a través de un suero.
Habitualmente el paciente regresa a casa a las pocas horas de la cirugía (de 2 a 4 horas), dependiendo del volumen de las zonas a tratar, y podrá realizar su actividad normal al cabo de 2 o 3 días. El postoperatorio en la mayor parte de los casos se tolera fácilmente, ya que las molestias ocasionadas por la intervención do son importantes.
No obstante, en las semanas posteriores, la zona tratada sufre cierta inflamación, que se va reduciendo paulatinamente hasta desaparecer al 3º mes. Se colocará una faja, medias o vendaje elástico durante 4 semanas sobre la zona tratada para controlar la hinchazón y para ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno. Las cicatrices de la liposucción son mínimas y se sitúan estratégicamente para que queden escondidas.
Después de esta intervención, es recomendable que se cuiden los hábitos dietéticos y se realices¡ un nivel medio de ejercicio, para que la grasa no vuelva a acumularse.
El resultado de esta intervención es excelente desde el primer momento, ya que la grasa desaparece durante la propia sesión quirúrgica. El resultado final se aprecia a partir del 4º mes, cuando ha desaparecido la inflamación. Conseguir el mismo efecto sin una liposucción sería el resultado de un período generalmente largo de dieta y ejercicio, y en determinadas zonas del cuerpo, sería prácticamente imposible.
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